REFLEXIÓN DE LOS DOS MUNDOS DEL SORDO

“A veces siento –dijo una vez– que estoy entre dos mundos, y no encajo del todo en ninguno” [Lucy K. – Veo una Voz]

            Al nacer sordo, automáticamente pertenecemos al mundo del sordo. Con el correr del tiempo, ser miembro del mundo sordo se cuestiona, debido a que esa persona sorda, investiga sobre su pérdida de audición,  finalmente obtiene su diagnóstico y conoce de antemano cuál será su tratamiento, que puede ser variado desde el uso del audífono, implante coclear, o caso contrario optar por no usar ninguno de los dos y aprender la lengua de señas.

            Ahí es donde se cuestiona a que mundo pertenece la persona sorda. Lo más común es que los hipoacúsicos son los más cuestionados, los que más sufren pensando en que mundo está.

            Por un lado tenemos el mundo oyente, donde creo, según mi criterio y experiencia, que valoramos cada sonido que se nos permite oír con la ayuda del audífono, algunos tienes más acceso a otros a sonidos agudos. Cada día es un sonido nuevo por aprender, adaptar e incorporar a nuestro sistema auditivo ese nuevo sonido. Destaco que me encanta escuchar, conversar con las personas y sobre todo oír el ruido que la naturaleza proporciona.

            Por el otro lado nos encontramos con el mundo sordo, un mundo silencioso. Acá tengo otra cualidad de mi parte, cuando el mundo se entorna molesto, por instinto me saco el audífono, disfrutando ese mundo tan pacífico, armonioso, de paz; en el cual ningún ruido puede interrumpirme. En definitiva, vivís en tu propio mundo.

            Estas características lleva a cuestionarnos sobre ambos mundos, ¿En qué mundo pertenezco? ¿Al mundo Sordo o del Oyente? Ambas tienen sus pros y sus contras.

            Uno mismo debe elegir en qué mundo se siente cómodo. Nade puede juzgarte por la elección, lo que vale en esto, es la satisfacción que le brinda pertenecer al mundo elegido.

            No es tarea fácil encajar en ambos mundos, puede suceder que podemos presencial el rechazo del mundo oyente por estar en el mundo sordo o viceversa.

            Para cerrar esta reflexión, lo único que puedo decirles es que siempre vamos a estar entre medios de los dos mundos hasta que no optemos por pertenecer en una para el resto de nuestras vidas.

IVONNE

FUENTE: "La Cita Del Silencio"